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Fiestas electrónicas: el peligroso juego de caminar en el filo de un cuchillo

Las fiestas electrónicas vienen ocupando, desde un largo tiempo a esta parte, los portales de noticias de todo el país. En Córdoba hemos tenido casos extremos y tristemente conocidos como el de Tania Abrile.

Drogas, desenfreno, falta de control hay en muchos ámbitos no sólo en las fiestas electrónicas. Eso es una verdad de a puño que no admite discusión alguna. Pero tan cierto es eso como que en este tipo de fiestas, las cosas -deliberada o casualmente- suelen irse de las manos.

No hace falta ser un experto en el uso de redes o de internet para con simplemente googlear «fiesta electrónica córdoba», encontrar noticias que alarman, preocupan a muchos y -en algunos casos- ocupan a algunos. Renglones arriba dábamos cuenta del triste final que tuvo Tania Abrile, la chica que falleció por los efectos de una pastilla de éxtasis tras sufrir una descompensación en una fiesta electrónica realizada en el Orfeo Superdomo, de Córdoba, allá por 2016.

A raíz de ese caso, hace unas semanas la Cámara Criminal y Correccional de Sexta Nominación de la ciudad de Córdoba exhortó a las autoridades del Ejecutivo municipal; al Concejo Deliberante de Córdoba y a los tribunales de faltas municipales a no autorizar más la realización de fiestas electrónicas. Esto, debido a las muertes que ocasionan. También dispuso que se informe al Gobierno de la Provincia de esta resolución (La Voz del Interior, 29 de noviembre de 2024).

Es cierto, no todas las fiestas electrónicas terminan en una muerte. Pero en casi todas, el consumo es moneda corriente, y los excesos no siempre pueden ser controlados.

Desde hace algunas semanas, Alta Gracia vuelve a estar bajo la lupa en este tema. Un particular tiene previsto organizar el próximo 18 de enero una fiesta electrónica. Fiesta que se publicita en las redes como un evento más que importante. Este pedido pone al Estado municipal ante la disyuntiva de decidir si la autoriza o no. Por empezar, el Concejo Deliberante decidió no autorizarla desde la vía de excepción a la normativa vigente. Claro está que por Carta Orgánica debe ser el Ejecutivo el que debe levantarle o bajarle el pulgar.

Las fiestas electrónicas son un gran negocio para sus organizadores. Eso no cabe ninguna duda, y no hay nada de malo en ello. Atraen a multitudes que tienen como único objetivo pasarla bien y divertirse. Pero también en muchísimos casos (a los archivos nos remitimos) terminan siendo «negocio» para los que no tienen límites (a veces son los mismos organizadores. Otras, gente «de afuera») y las utilizan para el delito, aprovechando entre la multitud, la presencia de quienes creen necesitar una «ayuda» para divertirse.

En Alta Gracia está pedido el permiso para que la fiesta electrónica sea el próximo 18 de enero. Una fiesta que si se confirma, necesitará de máximo control en todo aspecto. Ah, y que coincidirá en fecha con el Festival Mionca, que moviliza a buena parte del personal de seguridad de la ciudad y la zona. No es un detalle menor.

Los tiempos no están para improvisaciones ni para tomar riesgos innecesarios. Una desgracia puede ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento. Hasta cruzando una calle. Pero así como la suerte siempre hay que ayudarla, a la desgracia bueno sería no tentarla si no estuvieran dadas las condiciones de prevención y control necesarias.

nakasone