Ecuador vive semanas de máxima tensión debido a las protestas, saqueos y enfrentamientos violentos entre la policía y manifestantes.
El origen de la crisis ecuatoriana devino de un plan de ajuste coordinado entre el Presidente Lenin Moreno con el Fondo Monetario Internacional, que incluyó la eliminación de subsidios a los combustibles.
Como resultado de tal decisión se produjo un aumento del 123 % en el precio final, un paro de transportadores de combustibles, protestas y la necesidad de declarar «el estado de excepción por 60 días para evitar el caos», lo que resultaría en restricciones para la movilidad interna en todo el país y a su vez prohibiría los cortes de ruta y de transporte.
Después de trasladar la sede del gobierno hasta Guayaquil, ante una multitudinaria marcha de comunidades originarias, Moreno defendió su ajuste económico y apuntó al ex presidente Rafael Correa, a quien acusó de generar un intento de golpe de estado junto a Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.
Aproximadamente 20 mil personas llegaron a Quito y tomaron la Legislatura. Durante varias horas lograron ocupar el edificio del Parlamento del país, hasta que finalmente desalojados por la policía, que usó gases lacrimógenos.
En las calles los enfrentamientos cuerpo a cuerpo y saqueos se producen en todo el país. Hay una víctima fatal y más de 477 detenidos por violencia y ataques en la vía pública y vandalismo
El ministro de Educación sostuvo que la situación es evaluada cada día y se evitará que los estudiantes corran cualquier riesgo, por lo que decidieron suspender las clases en todo el país.
Por su parte, los funcionarios del gobierno afirman que las movilizaciones, que incluyeron saqueos a los comercios y enfrentamientos con una víctima fatal, “no son manifestaciones de descontento”.
Frente a este escenario los gobiernos de Brasil, Argentina y Colombia dieron “un firme respaldo al presidente Lenin Moreno.
Fuente: El País
