Tras una intensa lucha y varias jornadas de protesta, el Senado rechazó el veto presidencial a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Desde Fundación Espacios, Verónica Antúnez destacó la importancia del logro, aunque advirtió: “Ahora el desafío es ver cómo sigue este camino”.
En un hecho que no se registraba desde hace más de dos décadas, el Senado de la Nación rechazó el veto presidencial a una ley. En este caso, se trató de la Ley de Emergencia en Discapacidad, una norma que busca dar respuesta a la crítica situación de instituciones y familias del sector.
Desde Alta Gracia, en la Fundación Espacios, su referente Verónica Antúnez expresó la emoción de la jornada. “Ayer fue un día histórico para el colectivo de la discapacidad. El último rechazo de un veto en el Senado había sido en 2003, en la transición entre De la Rúa y Kirchner. Después de 22 años, esto nos devuelve esperanza”, señaló en diálogo con AGNoticias.
Antúnez destacó además que el rechazo superó las diferencias partidarias: “Distintos bloques que muchas veces no se ponen de acuerdo coincidieron en que esta emergencia debía ser atendida. Eso también es histórico”, valoró.
Sin embargo, el futuro aún genera incertidumbre. Según recordó, el propio presidente había manifestado que judicializaría la medida, lo que mantiene expectantes a las instituciones: “Si avanza con la judicialización, seguiremos la lucha. Si decide implementarla, tampoco será inmediato, llevará meses”, explicó.
La situación económica sigue siendo crítica. Fundación Espacios ya tuvo que cerrar el servicio de quimioterapia y reducir la pileta en un 80%. “Si no se rechazaba el veto, en diciembre hubiéramos cerrado más puertas y suspendido todos los servicios”, advirtió Verónica.
La referente forma parte de una cámara que agrupa a 60 instituciones en la provincia, que en conjunto atienden a más de 7.000 usuarios. Muchas de ellas ya han comenzado a cerrar por falta de recursos. “Eso deja a miles de personas sin tratamiento, con todo el retroceso que eso implica. Es realmente muy grave y cruel”, subrayó.
Pese a todo, el rechazo al veto significa un respiro y una oportunidad para seguir. “Nos da esperanza de continuar. Los que trabajamos en estas instituciones no queremos estar siempre luchando, queremos dedicar la energía a nuestros usuarios. Pero esta vez sentimos que la puerta no se cerró del todo”, concluyó Antúnez.



