Una vez más, Matías Cuffa logró el ascenso en el fútbol italiano. Lo hizo con el Mantova, de la Serie D.
El altagraciense Matías Cuffa sigue sumando logros en su rica trayectoria en el fútbol italiano. Luego de haber conseguido títulos y ascensos como jugador en diferentes categorías, ahora le sumó a su currículum un campeonato logrado como entrenador.
Es que Matías, que hasta el año pasado era jugador del equipo albirrojo de Mantova, decidió colgar los botines e iniciar una nueva etapa. Así, asumió como Director Técnico del equipo, con la misión de ascenderlo de categoría.
«El impasse por el coronavirus nos agarró en nuestro mejor momento. Ibamos primeros con siete puntos de ventaja sobre el segundo (Fiorenzuola). Ahí fue cuando se paró el campeonato», cuenta Matías desde Italia en diálogo con AGNoticias.
Refiriéndose al logro conseguido, dijo: «La verdad que con el fútbol estoy muy contento porque ascendimos. Faltaban diez partidos para terminar el campeonato, pero se bloqueó todo. Estábamos primeros a siete puntos del segundo así que congelaron todas las tablas de posiciones y ascendió el primero de cada grupo».
Sobre su debut con título como entrenador, agregó que «Como primera experiencia ha sido muy lindo e importante que el club haya confiado en mí para estar en su estructura. Formar parte de este grupo es un orgullo. Como siempre digo, la diferencia la hace el grupo. Un campeonato que se gana, lo ganan todos».
Así se sencillo y de humilde como lo fue siempre, Matías Cuffa sigue siendo símbolo de ascensos en el fútbol italiano. ¿Hay alguna receta en particular para ello? «No hay recetas mágicas. Lo mío fue tratar de transmitir los valores que tuve como jugador, y me fue bien. Soy un convencido que la humildad, el trabajo y el sacrificio siempre pagan y eso intento transmitirle a los jugadores».
¿Se viene el monumento a Matías Cuffa en Mantova? «(Risas) La verdad es que estoy muy agradecido por las posibilidades que me dan acá. Pero lo mío es solo un granito de arena de todo un conjunto que trabaja para lograr el objetivo».
Más allá de la broma, Matías habla de su futuro en el club: «Recién ayer nos oficializaron el ascenso. Tengo muy buen trato con los dirigentes, y seguramente esta semana nos sentaremos a hablar del proyecto y de lo que viene. Es que con el problema del coronavirus se modificó todo para lo que viene y ni siquiera se sabe cuándo va a comenzar la próxima temporada».
Matías conoce como pocos el ascenso italiano. Por ello habla de las diferencias en cada categoría: «La diferencia que hay cuando ascendés es más que nada la velocidad de juego y la velocidad mental para resolver. Además, se trabaja muchísimo en lo físico. Tenés que ser muy fuerte para estar en las categorías superiores. Me tocó enfrentar a Dybala cuando estaba en el Palermo y era chiquito. Jugué junto a El Shaarawy en Padua y era un jugador que tenía unos 8 o 9 kilos menos que ahora. Eso hace a la diferencia en las categorias a medida que ascendés».
El fútbol y la vida
El altagraciense está feliz en Italia, que futbolísticamente es su lugar en el mundo. Por otra parte, y luego de sobrellevar una dura etapa de cuarentena, el país se va normalizando. Ello no escapa tampoco a su análisis de la realidad. «La verdad es que la situación va mejorando de a poco. Los contagios y toda la situación fea han pasado bastante. La gente está saliendo a la calle y se empieza nuevamente con la actividad. Siempre respetando las distancias y las medidas de prevención, claro, pero mejorando. Hay que esperar un poco más para que esto se vaya del todo», dice.
Hablar con Matías siempre es un placer. Sabe que los logros se fundamentan en el trabajo y que el trabajo tiene que tener bases en la humildad. Por ello, cierra la charla con una reflexión y un agradecimiento mientra se emociona al límite. «No hay que olvidarse nunca de dónde se viene. Los valores que a uno le inculcaron desde chico son fundamentales. Lo más importante siempre será la persona, luego viene el jugador. Por eso, no puedo dejar de agradecer todo lo que inculcaron mis padres y el apoyo de siempre que he tenido de parte de toda mi familia».
¡Salud, Campeón!
