Los chicos de la Escuelita de Fútbol del Deportivo Norte están sufriendo la pandemia, como lo sufren todos los estamentos del fútbol. Desde el profesional hasta el de los barrios, están sumergidos una actividad que inquieta y derriba cualquier esquema preestablecido.
Martín Ponce es el Coordinador de la Escuelita del Depo. Hace más de quince años que está en el club, donde fue -además- jugador de la Primera. Entrenó divisiones inferiores y más tarde eligió hacerse cargo de los más pibes, en la escuela.
Precisamente es Martín quien habla de la problemática que se vive por estos días: «este año pudimos dar clases solamente la primera semana. Luego fue todo virtual, pero con el tiempo eso se va perdiendo».
Se habla de un protocolo a implementar. De dar clases sin que los niños tengan contacto con la pelota. Ponce es claro: «los chicos entran a la cancha y quieren tocar la pelota si ocurre eso va a ser muy difícil».
En el mientras tanto, lo que se busca es no dejar caer el vínculo desde lo amical. «Buscamos no cortar la relación ni con los chicos ni con los padres. Que ellos sepan que uno está y va a estar siempre y que apenas todo esto pase, va a ser el momento de volver a encontrarnos en una cancha. Pero reconozco que esto es difícil. Los chicos de la Escuelita están en edad de jugar, de socializar con sus pares, encuentran el deporte a través de lo lúdico. La verdad, son uno héroes a la hora de atravesar estos momentos sin contactos personales».
Mientras se buscan caminos alternativos, y en tanto las restricciones continúen, lo importante seguirá siendo priorizar la salud. Ello no impide que Martín nos deje con una frase que resume mucho del pensamiento de todos: «sueño con el día que los chicos vuelvan a una cancha; pienso en ese momento donde ellos entregan su corazón en la cancha; lo dejan todo, es su espacio, su lugar. Ya volveremos a compartir. Mientras tanto, solo queda el entrenar en casa así cuando volvamos, volvemos con todo».
