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La Educación sobre la Mesa

La Educación sobre la Mesa. Hoy: «Pensamiento crítico, que no es igual a criticar»

La Educación sobre la Mesa. Hoy: "Pensamiento crítico, que no es igual a criticar"
Por Laura Iglesias (Especial para «La Educación sobre la Mesa»)

La saturación de información y difusión de contenidos diversos, surgidos al albor de las nuevas tecnologías y de las redes sociales —que amplifican su impacto— están, desafortunadamente, en boga. La mejor manera de hacer frente a los argumentos falaces es desarrollar el pensamiento crítico para analizar lo que leemos, escuchamos o vemos antes de darlo como verdadero.

Qué es el pensamiento crítico y su importancia en la actualidad

Hay tantas definiciones como expertos han tratado el tema. Pero quizás una de las más simples y precisas es la que hizo Francis Bacon en 1605:  «El pensamiento crítico es tener el deseo de buscar, la paciencia para dudar, la afición de meditar, la lentitud para afirmar, la disposición para considerar; el cuidado para poner en orden y el odio por todo tipo de impostura». Desde una perspectiva más moderna, el pensamiento crítico se entiende como la capacidad de analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos. En especial, de aquellas afirmaciones que la sociedad acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana, como la información falaz, realidades distorsionadas, algunos de los vicios contemporáneos, caracterizados por su proliferación y rápida viralización.

¿Para qué sirve el pensamiento crítico? Ventajas

El sentido crítico nos ayuda a discernir entre argumentos mediocres y brillantes, a distinguir la información de valor de la prescindible, a desmontar prejuicios. A encontrar conclusiones bien fundamentadas, a generar alternativas, a mejorar la comunicación y, en definitiva, a ser dueños de nuestro pensamiento y actuar en consecuencia. Aunque es una actividad cognitiva estrechamente relacionada con la razón, la finalidad del pensamiento crítico está orientada a la acción y es aplicable a cualquier aspecto de nuestro día a día, incluida la resolución de problemas o la toma de decisiones, por lo que su ámbito de influencia va desde lo personal hacia la interacción con nuestro entorno.

El pensamiento crítico se desarrolla

Esto es así, sobre todo su formación comienza en la etapa escolar. Las actividades y propuestas que pueden ayudar en la práctica áulica, ente otras, pueden ser: analizar la información en segmentos acotados  -la importancia de los detalles y la comparación de las fuentes de datos, diferencias y semejanzas; practicar la curiosidad y el escepticismo —hacerse preguntas y contrastar a través de las distintas opciones de consulta -;  y cuestionar mensajes sociales, difundidos cual verdades únicas.

En palabras de los Aportes Curriculares del Ministerio de Educación de nuestra provincia: “Se trata de formar sujetos críticos y creativos, capaces de dirigir su visión, de observar, de situarse en el mundo, de desnaturalizarlo, de interpretarlo y comprenderlo y, así, poner en práctica ideas originales e innovadoras que contribuyan a crear un orden social más justo.”

Habilidades para el Siglo XXI

Como ya se ha expresado, “El pensamiento crítico es una de las capacidades, de analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos”.  Pero a su vez, según un informe de la UNESCO, ocupa un lugar primordial, junto con la resolución de problemas, la creatividad, y el manejo de la tecnología, de las mentadas “habilidades para el siglo XXI”. Así reza en su discurso de la innovación educativa. La Unesco engloba esas habilidades dentro de lo que llama “educación para la ciudadanía mundial” (ECM). Que tiene como objetivo “inculcar a las personas, a lo largo de toda la vida, los valores, las actitudes y los comportamientos que constituyen la base de una ciudadanía mundial responsable”.

Cuestionar desde el pensamiento crítico

Cabe preguntarnos si hoy, tanto en la sociedad como en los establecimientos educativos, hay escenarios reales que generen, para los estudiantes, espacios de construcción del Pensamiento Crítico. O si solamente se reproducen de manera sistémica modelos sociales, propios de una franja generacional, que guarda celosamente prácticas conductuales ciudadanas modélicas, que hasta el día de hoy han sido pragmáticas a la sociedad actual.

Fechas del calendario que nos recuerdan una cita con nuestros quehaceres cívicos, como el Día del Trabajador, es un ejemplo de un concepto social que en la actualidad se encuentra cuestionado en su esencia estructural tradicional, como eje del sostenimiento de un modelo económico-social, atravesado por constantes cambios de paradigma. Tal vez esta efeméride se convierte en una oportunidad para que los estudiantes pongan en juego el desarrollo de la capacidad del Pensamiento Crítico, analizando y evaluando el rol y el valor del mismo en la vida de las personas, tanto en el presente como en el futuro.

«Aprender sin pensar es inútil. Pensar sin aprender, peligroso.» Confucio.

 ¡¡¡Que disfruten un hermoso domingo!!!

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