Luis Arce asumió formalmente su cargo de presidente de Bolivia al prestar hoy su juramento de rigor ante la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Arce fue investido en una ceremonia en el Palacio Legislativo en La Paz ante líderes como el rey Felipe VI de España y los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; de Colombia, Iván Duque; y de Paraguay, Mario Abdo Benítez, además de representantes de otros países de América, principalmente, de Europa y de Asia.
Quien fue Ministro de Economía durante doce de los casi catorce años de Gobierno de Evo Morales juró el cargo con la mano en el corazón, mientras que su vicepresidente, David Choquehuanca, lo hizo con el puño izquierdo en alto, la señal que identifica al MAS.
El nuevo presidente arremetió en su discurso contra el Ejecutivo interino de Jeanine Áñez, al que tildó de «Gobierno de facto» y acusó de pisotear la democracia, sembrar «la muerte, el miedo, la discriminación» y perseguir a políticos y sindicalistas afines al MAS incluso con grupos «paramilitares».
«Este 8 de noviembre iniciamos una nueva etapa en nuestra historia», aseguró Arce, quien sostuvo que quiere gobernar «para todos» y «reconstruir» la patria para «vivir en paz» y con «unidad».
Palabras que contrastaron con el tono usado para referirse a sus detractores y su afirmación de que gobernará sin odio, pero con justicia.
Arce mencionó entre sus principales retos la recuperación de la economía del país; advirtió que se padece una profunda recesión no solo por la pandemia mundial de la covid-19; también por lo que consideró una pésima gestión del Gobierno saliente.
Choquehuanca fue más conciliador en su discurso. Abogó por recuperar las raíces culturales, buscar coincidencias con la oposición y porque ya no haya «más abuso de poder».
La ausencia de la ex presidenta de facto, Yanine Añez, hizo que el Comandante de las Fuerzas Armadas, entregara el bastón de mando.
